¿Es la pornografía la salvación?¿el posporno?¿el BDSM?¿las perversiones? (y 5)

Imagen del flickr de gaelx

Igual ahora, tantos días después de estar con este tema (sábado, domingo, lunes y martes), ya se ha olvidado cual era el asunto... Que, al hilo de este artículo sobre el porno,  estaría bien una pornografía que aportara otras cosas, otros modelos, para equilibrar el papel "pedagógico" que acaba teniendo la pornografía mayoritaria.
Repito el punto de partida:

"La mayor parte de los chavales (y muchas chavalas) están hartos de ver el ABC felación-penetración-eyaculación antes de empezar a tener relaciones, de forma que la pornografía estándar se convierte en una pedagogía sexual sin competencia alguna, que performarán una y otra vez."

¿A qué ha venido que le dé tantas vueltas al tema? Pues por dos razones:

1 - Una, porque Bluttie Kat (la chica que, entre otras cosas, escribe este blog, también este, tiene este tumblr y hace otras muchas cosas) me comentó que irá a un curso de B.Preciado y que estaba recolectando información sobre  lo que pensamos de la pornografía, si nos gusta, si no, sobre cual nos gustaría que sí hubiese. (Curiosidad por saber que dirá Preciado). En palabras de Bluttie:

"La pornografía ha sido la educación en relación al desarrollo de las relaciones sexuales interpersonales para una gran parte de la población, un vivo modelo de comportamiento a seguir como consecuencia de la carencia de otra vía de información sobre cómo llevar a la práctica diferentes deseos de carácter erótico. Asimismo, ha creado un modelo de nuestra relación con el propio cuerpo a nivel de deseo y su capacidad para generar placer y experimentarlo. 

Con el fin de ampliar el conocimiento sobre la identidad creada entorno al sujeto sexual, y poder trabajar en alternativas audiovisuales que resulten más satisfactorias para diferentes usuarios, por favor, rellene el siguiente cuestionario anónimo.

Muchas gracias por su atención y dedicación."

 Si queréis participar, en este enlace: Encuesta sobre pornografía.



2 - La otra, porque aparte de los discursos que haya sobre pornografía defendidos públicamente, me interesa mucho más la pornografía que consumen realmente mis amistades. Y es que resulta que la consumen, tanto ellas como ellos (como yo), es bastante más extrema de la que se oye comentar habitualmente por ahí, sea en persona o en internet.
El no comentarlo, supongo, es normal... para evitar lo que decía yo ayer: Que te miren raro incluso quienes miman y alimentan también sus propias perversiones. Pero la suya les parece muy normal y la tuya sí que es rara-rara.
Es un porno que siempre tiene un componente políticamente incorrecto y me suena a lo que lei sobre las mujeres a las que les gustaba ser dominadas en BDSM en la zona de la Bahía de San Francisco. Y es que, como tocaba la fibra sensible de la violencia machista, les costaba mucho ser aceptadas. Allí, precisamente, que lo consideramos uno de los sitios más abiertos del mundo...

Hay cosas que por rancias, clásicas, tradicionales, abusivas, brutales, inmorales, contrarias a los derechos humanos,... nos resultan incómodas como espectadorxs. Y precisamente también por eso mismo, tienen ese mismo potencial de atracción: Nadie se imagina una escena de violación en que quienes la cometen son educadísimos profesores de universidad, sino las personas lo más brutas posible. O incluso ni personas.