El timo de los strapon (3): Los strapless

Combate de titanes: Feeldoe vs Share. Una pregunta que abunda por internet: "¿Cual de los dos me compro?"

Feeldoe

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Sé que existen otros modelos pero, si ya estos dos, que son los más conocidos dan problemas, no me quiero imaginar el resto de inventos que se han hecho imitando el diseño.

¿Cómo se usan estos strapless (sin correas)? Pues introduciendo la parte más corta en la vagina, siendo la FANTASÍA que el resultado sería "idealmente" este. Y sí, si no preguntas o averiguas más, puedes acabar gastándote los 100 eurazos que cuesta...para descubrir en casa que tienes que darle muchas vueltas, gastar muchas neuronas para encontrar la manera de poder penetrar a alguien con el strapless sin que se te acabe cayendo.

Si lees las webs de venta, obviamente no te van a contar ni una sola pega a la hora de usarlo. Pero si lees a quienes sí lo usan, descubres que han tenido que idear soluciones para que no se caiga.

Solución 1: La braga-faja

Ah, que te suena a coña, ¿verdad?. Pues resulta que quienes usan alguno de estos dos han visto que es una de las soluciones. Una braga que sea reductora y a la que se le hace un pequeño agujero delante por donde sale la parte más larga del strapless mientras que sujeta dentro la otra parte. He leído que también se intenta a veces con unas bragas normales, pero con resultados desiguales...

Solución 2: Arnés con anillo, como el de la foto de más abajo. 

Solución que ya suma dos problemas. Primero, que si se elige mal y el anillo queda demasiado arriba (cosa que es mejor al usar dildos normales al apoyar la base en la pelvis), se complicará el meter el strapless. Y segundo, que es un suma y sigue de dinero: Ya son 100 euros del strapless a lo que hay que sumar de 40 a casi 100 euros (hay de varios precios) por el arnés.

Así que nada... Otra solución supuestamente buena que en realidad tampoco parece resolver la dichosa fantasía, cada vez más extendida también entre las parejas heterosexuales, de la chica usando un strapon para penetrar a otra persona.

En el caso de parejas hetero ya lo decía el otro día un blog de El País:

"Curiosamente, quienes sí van ganando visibilidad desde hace unos años son las mujeres que practican el “Date la vuelta, Paco, que me pongo yo”. En inglés, a esta práctica se le conoce recientemente como Bend Over Boyfriend o Pegging, término ganador del concurso propuesto por el consejero sexual Dan Savage para buscarle nombre al asunto. 

Da gusto verles llegar en pareja a la boutique erótica: alegres, decididos y ya emocionados ante la idea de adquirir un arnés y un dildo para que ella lo use con él. Llevo años viéndolo y todavía me alegra el día. En esta pareja ni ella se siente violentada por usar un pene de quita-y-pon, ni él se siente vulnerable o súbitamente marica por desear ser penetrado con un dildo… al fin y al cabo, al otro lado de la silicona está la mujer que desea y que es cómplice de sus deseos.

Ese intercambio de roles, que implica un traspaso de poder y una comunión de intimidad con el otro, es una auténtica bomba de excitación. Y cuando se vive sin miedo y sin prejuicios, nos regala experiencias sexuales trascendentes. Esas que no sólo te alegran el día: esas que sencillamente nos vuelven mejores amantes."