Delicados ovulos y aguerridos espermatozoides

Una de las cosas que más me gustan en este mundo es aprender sobre esquemas culturales aprendidos que son falsos. Saber cómo se han inventado teorías que nos hacen ver el mundo de una manera concreta. Y falsa.

El otro día escuche en la radio cómo se ha "vendido" toda la vida esa imagen del óvulo, ahí, esperando el pobre. Sin saber si le fecundan o no. Desesperadito sin saber si le van a dejar plantado... sin saber que un espermatozoide va a por ella. Un espermatozoide intrépido y valeroso, que lucha contra el resto de los millones de contendientes. Que lucha contra las inclemencias del tiempo (vaginal). Que se abre paso hasta las trompas, superando las trampas, inconvenientes y obstáculos que la vida le pone por delante.

Y resulta que esa aventura del guerrero del antifaz es eso, una aventura, una metáfora cargada de prejuicios. En realidad contribuyen por igual las dos partes, el espermatozoide necesita de la colaboración del óvulo... Óvulo y espermatozoide se unen por el material adherente que los dos tienen: el óvulo atrapa al espermatozoide.

Es curioso, por ejemplo, como dicen también en este artículo ininglis, que se vea que los espermatozoides viajan, avanzan, mientras que el óvulo es "transportado" desde la trompas.

¡Tenemos prejuicios culturales hasta en las gónadas!