¿Desaparecerán los locales dedicados al sexo "alternativo"?

¿Alguien recuerda como era encontrar "gente rara" antes de internet, antes de los chats?. Lo más normal era hacerlo a través de anuncios en revistas porno. Algo que ahora parece un esfuerzo colosal:

• irte al kiosko
• comprar la revista
• leerte todos los contactos
  
• elegir los que te interesaban o parecían de verdad
  
• escribir una carta... ¡en papel!
• ir al estanco comprar sellos y sobre
• ir a un buzón
• esto siempre se complicaba mucho más si además contratabas un apartado de correos, para no dar la dirección de tu casa para las respuestas.

De esa manera hacía falta un sitio donde encontrarse (Cap d'Agde, el famoso hotel de Vera,...) y conocer gente similar. Hoy en dia es complicado NO encontrar gente similar, con dos minutos que te pases usando Google.

Hasta ahí una de las facetas del sexo alternativo: el contactar con otr@s pervertid@s.

Hay otra faceta, que en España se ejerce poco: dar visibilidad a ese grupo. El crear una "scene", un "ambiente". El activismo. Conseguir que no se te vea como un@ enferm@. Como digo siempre, con la tradición que nos viene del Concilio de Trento*, tenemos bien aprendido que aquí no hay que llamar la atención. Todo mejor en secreto.

Si lo segundo aquí no se quiere hacer... (porque a estas alturas ya es obvio que no "A nadie le importa lo que hago yo en la cama. No tengo que airearlo a los cuatro vientos"). Y teniendo ya internet, redes sociales, email, chats... ¿para qué hacen falta los locales? La gente lo que está haciendo es reunirse por su cuenta. Hay un movimiento inmenso de dogging por ejemplo...


Se está moviendo el negocio.Que se lo digan a las productoras de discos. Desaparece el negocio de vender productos baratos para venderlos un poco más caros y sacar dinero del porcentaje que aplicas (sean discos, copas, etc). Aparece el negocio de "hacer parroquia", el tener un grupo de "fieles", hacer una red en internet o donde sea y conseguir información sobre sus gustos, sus intereses. Lo dicen en mil sitios: el nuevo negocio está en la atención, es el nuevo "petróleo". Si consigues atraer a miles de personas, ya pensarás cómo sacar dinero a eso.

Y crear experiencias. Algo nada, nada sencillo. Pero es un buen momento para arrancar. Lo bueno de los tiempos de crisis es que las decisiones que se toman son de vida o muerte. Blanco o negro. Buena época para no despistarse con tonterías... aunque "crisis" NO signifique oportunidad. Por mucho que se repita. Significa "momento crucial", "momento crítico".



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Esta segunda parte sólo repasa qué cambios, muchos que aún tenemos hoy, trajo el Concilio de Trento.

*Se convocó como respuesta a la Reforma Protestante. Digamos que es el giro fundamentalista que tuvo en 1545. Y de ahí venimos... Se persiguió a cualquiera que fuese distint@. Se aprendió supongo, que hay que "parecer como el resto". No llamar la atención. Es largo, pero vale la pena ver que de esa época, de la de la Inquisición vienen cosas que se consideran normales, como la catequesis a niñ@s pequeñ@s...

"Se impuso, en contra de la opinión protestante, la necesidad de la existencia mediadora de la iglesia, como Cuerpo de Cristo, para lograr la salvación del hombre, reafirmando la jerarquía eclesiástica, siendo el Papa la máxima autoridad de la iglesia.

Se ordenó, como obligación de los párrocos, predicar los domingos y días de fiestas religiosas, e impartir catequesis a los niños. Además debían registrar los nacimientos, matrimonios y fallecimientos.

Reafirmaron la validez de los siete sacramentos. (...) Los santos fueron reivindicados al igual que la misa.

Se reinstauró la práctica de la Inquisición (...) que usó la tortura para obtener confesiones. Si ese método no daba los resultados esperados, de arrepentimiento del hereje, éste quedaba en manos del poder civil, que lo condenaba generalmente a la muerte en la hoguera. El protestantismo debió soportar la Inquisición en varios estados, pero fue principalmente efectivo en España, Italia y Portugal.

También creó el Índice, en 1557, por el cual se estableció una censura contra la publicación de pensamientos que pudieran ser contrarios a la fe católica, y se quemaron muchos libros considerados heréticos.

Estas medidas persecutorias, que tenían como objeto restaurar la unidad del cristianismo, sólo contribuyeron a afirmar su división. Posterior al Concilio, en 1592, se publicó una edición definitiva de la Biblia, sosteniéndola como fuente de la revelación de la verdad divina, pero otorgando también dicho carácter a la Tradición, negándose su libre interpretación(...)."

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