Agreal

A algunas afectadas se les caen los párpados, otras chasquean la lengua sin quererlo, sufren rigidez de la mandíbula y temblores parkinsonianos, además de
cuadros de ansiedad, insomnio y tristeza crónicas.

Resistir no es fácil.

Éste es el relato que una afectada enviaba desde Francia a otra paciente española: “He perdido a mi madre el 20 de abril de 2006. Se cayó del piso 19 de un inmueble donde acudió tras dejar una nota en la mesa de la cocina indicando que no puede más con sus nervios. He escrito ‘se cayó’y no ‘saltó’, porque no podía ser consciente de lo que hacía. Todo la iba bien, acababa de ser abuela, su hijo iba a casarse... En todo caso, la conclusión del forense después de que le dijimos que sufría depresión desde hace diez meses: suicidio.
Había tomado durante un año Agreal contra los efectos de la menopausia y, desde que lo dejó, cayó en depresión. Ella era fuerte y positiva, pero cambió completamente. (...) Probó diversos medicamentos contra la depresión. Desgraciadamente se volvió dependiente de los fármacos”.

Leer más...